La música es la región del arte que más se parece a la magia, a la alquimia. Esto tiene muchas implicaciones, la que más me interesa en estos momentos es la de que no obedece a parámetros lógicos o cuantificables. Lo curioso es que esto también funciona para el negocio de la música. Siempre hay versos sueltos, artistas y grupos que parecen empeñados en desafiar todas las reglas de la cordura y, en lugar de llevar una carrera regular conforme a los ritmos a los que nos ha acostumbrado el mercado, se dejan guiar por su propio demonio interior (que, como todo el mundo sabe, no conoce más ley que su capricho). J. Mascis es uno de ellos. Es el alma de Dinosaur Jr., grupo estadounidense formado a mediados de los ochenta junto a Lou Barlow (bajista) y Murph (baterista) que cuenta con un sonido absolutamente reconocible: conjugan a la perfección un sedimento eléctrico y ruidoso con una forma de cantar y unos solos de guitarra de lo más melódico.

Obtuvieron relativamente pronto el reconocimiento de la crítica, del público y de sus compañeros de generación (el mismísimo Kurt Cobain entre ellos) pero, ay, jamás fueron un grupo mayoritario. Tras diversos y quizá inevitables conflictos pusieron punto final a su andadura en 1997. Hasta aquí todo normal, una historia más de una de esas bandas «de culto».

Pero al parecer a Mascis aún le quedaban cosas que decir, pues, ni corto ni perezoso, en pleno 2005 decidió reactivar la banda de su vida, lanzarse a la carretera y seguir dando conciertos y grabando discos. Lo curioso —o quizá no, ¿quién demonios sabe ya distinguir la norma de la excepción en este mundo enloquecido?— es que me parecen los mejores de su carrera. Estoy hablando de Beyond (2007), Farm (2009) y del que nos ocupa I bet on sky (2012). Además, en 2011 Mascis sacó un fabuloso álbum acústico llamado Several shades of why.

Así que, si alguien que no conozca a esta banda me preguntase hoy mismo por dónde empezar con Dinosaur Jr., le respondería sin dudar: «hazte con el último». Da gusto decir eso cuando no se trata de un recopilatorio —sí, Jagger, esta va para ti, ¿era necesario otro más?—. Y es que I bet on sky era y es la mejor carta de presentación que se me ocurre para esta banda tan especial. La canción que abre el disco, «Don’t pretend you know», parece que ha estado siempre con nosotros e incluye todos lo elementos que distinguen a este grupo: guitarras algo sucias y machaconas que contrastan admirablemente con una voz dulce y melancólica y unos solos magistrales. ¡Pero es que «Watch the corners» o «Almost fare» son casi mejores! Este tipo consigue que el lirismo, la ternura —y, qué diablos, el amor— tengan sentido. Todo ello sin sonar cursi, sino aunando esas cualidades con una contundencia que hace que las canciones ganen profundidad sin dejar que el virtuosismo instrumental las diluya.

Porque Dinosaur Jr. hacen canciones y este I bet on sky está lleno de ellas. «Rode», situada en la mitad del disco, es de los temas más alegres y vitales que jamás han grabado. Por cierto, el propio J. Mascis es el productor del disco y también en eso es bueno: todo suena como debe, su voz y su guitarra se entienden a la perfección con una sección rítmica que sirve para anudar con firmeza todo el asunto. Guitarra-bajo-batería, ¿quién necesita más?

No sé si me puede el entusiasmo, pero ahora mismo no recuerdo un disco de Dinosaur Jr. que resulte tan variado. A ver, la voz de Mascis es inconfundible y el mencionado juego entre firmeza y melodía no desaparece en ningún momento. Pero una canción tan acompasada (bendito wah-wah) como «I know it oh so well» es un soplo de aire fresco. Hay piezas que van al grano en poco más de dos minutos  y medio («Pierce the morning rain») y medios tiempos que parecen flotar más allá de toda medida como la tríada que cierra el álbum «What was that», «Recognition» y «See it on your side» (que, por cierto, seguro gustará a los aficionados al Neil Young más eléctrico).

Porque eso sí, que nadie se confunda: este es un disco de guitarras, las seis cuerdas tienen un protagonismo absoluto. J. Mascis maneja a la perfección su instrumento y su voz pero, y esto es importante, no lo hace para lucimiento propio (este no es un disco de auto-exhibición como tanto artefacto pirotécnico que circula por ahí) sino que pone su magisterio al servicio de otra cosa: de la música, de esa extraña alquimia de la que antes hablábamos. Mascis encontró en este milenario arte el mejor escondite para su timidez y su melancolía y decidió compartirlo con nosotros (mitigando así su daño y haciéndonos partícipes de él).

Él no lo sabe, pero la última vez que le vi hice con él un extraño pacto: mientras siga sacando discos así de buenos y entregándose en el escenario como lo hace (protegiendo su fragilidad tras su melena y el ruido de su guitarra pero sin fallar una sola nota) yo seguiré escribiendo reseñas de su música allá donde esté.


I bet on sky

  • Dinosaur jr
  • Productor: J Mascis
  • 2012
  • Sello: Jagjauguwar

Se divierte en clase. Literatura, filosofía, r’n’r. Trata de tomárselo con deportividad.

Un niño, un libro, una moto.

https://youtu.be/nhbSYP8cyD8
David Sánchez Usanos
Últimas entradas de David Sánchez Usanos (ver todo)
David Sánchez Usanos
David Sánchez Usanos

Se divierte en clase. Literatura, filosofía, r’n’r. Trata de tomárselo con deportividad.

Un niño, un libro, una moto.

https://youtu.be/nhbSYP8cyD8

Artículos: 29