Mister Wonderful
¿Puede una historia de amor cotidiana con un final relativamente feliz para sus protagonistas desafiar las expectativas del lector? Tratándose de Daniel Clowes, la verdad es que sí. Sobre todo si dicho lector conoce bien su obra. En Wilson, su anterior y desesperanzadora novela gráfica, Clowes nos presentaba a un hombre hundido que quiere rehacer su vida reencontrándose con su exmujer y con su hija, cuya existencia, de hecho, desconocía hasta entonces. Pero Wilson tiene el mismo problema que el resto de los protagonistas de Clowes: su visión cínica y amarga de la vida le convierten en alguien con serios problemas para aceptar a sus semejantes e integrarse en una vida social simple y, a veces, burda. A su deseo de ser alguien “normal”, siempre le acompaña un profundo rechazo hacia quienes disfrutan de esa normalidad, lo cual le lleva inevitablemente a la desesperación e incluso al crimen. En el caso de Wilson, al rapto de su propia hija.
Por suerte, Marshall, el protagonista de Mister Wonderful, no llega al mismo extremo que Wilson. En esta ocasión, la premisa de la historia es extremadamente simple y cotidiana. Marshall es un cuarentón que se ha dejado organizar una cita a ciegas por una pareja amiga y, mientras espera a que llegue, su cabeza se llena de los miedos habituales. ¿Cómo será ella? ¿Pensará que soy un fracasado? ¿Será mejor mentir? Quizá no debería hablarle de mi exmujer…
Lo que sigue parece el mismo tipo de historia romántica simplona al que nos tienen acostumbrados el cine y el cómic independiente americano: durante la cita, tanto él como ella se dan cuenta de que tienen los mismos miedos y, al relajarse la tensión, ambos descubren que están hechos el uno para el otro. Clowes no se ha vuelto loco, no. Por suerte siempre será fiel a sí mismo, y más allá de los convencionalismos aparentes, deja entrever las sórdidas corrientes que circulan bajo las vidas de sus personajes. Marshall y su cita, Natalie, no están hechos el uno para el otro precisamente porque sean Mr. y Mrs. Wonderful, sino porque ambos tienen exactamente el mismo potencial sociopático. Marshall posee una inquietante predisposición a saltar de forma violenta cuando se siente frustrado, en un grado comparable a la tendencia de Natalie a asumir un papel acosador en situaciones similares.
En resumen, Mister Wonderful tiene de historia romántica simplona lo mismo que si al abrir un ejemplar del libreto de Breve encuentro nos encontráramos impreso por error Como un guante de seda forjado en hierro.
Pero, en mi opinión, lo más interesante de esta breve novela gráfica es que a pesar de la sordidez que ocultan sus personajes y el desalentador futuro que cualquiera les auguraría, Clowes no oculta la ternura que siente por ellos, y la demuestra limitándose a contarnos el momento de oro que viven al conocerse y reconocerse en sus defectos y sus fracasos, dejando en el aire las posibles consecuencias de la relación por compasión hacia ambos. Compasión, queridos lectores: un sentimiento que Clowes no prodiga con frecuencia hacia sus creaciones, si exceptuamos, quizá, a las chicas de Ghost World.
Es posible que ahí esté la clave de la historia de Marshall y Natalie. Porque, si la compasión es, como decía Unamuno, el reconocimiento recíproco del dolor que siente el otro y, al mismo tiempo, la voluntad de compartirlo, quizá sea este sentimiento la única base válida que puede tener el amor. Y siendo la compasión lo único que les une, tal vez Marshall y Natalie sí que sean un poco Mr. y Mrs. Wonderful después de todo.
Mister Wonderful
- Daniel Clowes
- Random House Mondadori
- 80 pp
- ISBN: 9788439721963
- 29 x 16
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