Imaginar otro mundo, una realidad alternativa, supone, entre otras cosas, una buena dosis de ejercicio no sólo político y de las posibles formas de gobierno, sino también de economía, sociología, religión… y de este modo nos daríamos cuenta de que todo pasa por el filtro de este mundo paralelo y de que todo se reconstruye a voluntad del utopista.

No extraña entonces que una de las partes fundamentales de la recreación de mundos sea la teoría del urbanismo utópico, algo que ya los griegos trabajaron pero que volvería con fuerza durante el Renacimiento, cuando se tomó conciencia de que el descontrol y el caos urbanístico del período medieval eran insostenibles.

En resumidas cuentas, no sólo es importante el contenido, sino también el continente.

De ahí surge una nueva geografía, una orografía cuyos accidentes determinan la condición de la sociedad, puesto que todo (el correcto funcionamiento del mundo soñado) se debe a la naturaleza que lo rodea. Y, si lo pensamos un poco, nos damos cuenta de que el tiempo ya  no es el mismo, la historia (nuestra historia humana) ya no se corresponde con lo que hemos leído en los libros, se reinventa y cambia, porque la utopía no es de este mundo ni se rige por calendario conocido, para qué engañarnos.

Es lo que percibimos al iniciar las primeras páginas de Amura (1995-1996), de Sergio García, una miscelánea llena de coherencia que nos explica no tanto un mundo utópico como la gestación de ese mundo utópico.

Esto se debe a que el «Proyecto Amura» pasa por fases muy diversas, desde la creación de un cuento infantil con texto de Ayes Tortosa e ilustraciones del propio Sergio García (Carabel de Märibor) a la composición de los seis cómic-books que configuran el total de Amura.

Desde el principio, vemos la intencionalidad del urbanismo utópico y que es justamente el escenario lo que da sentido a la narración de los personajes que lo habitan. Y es que, el entorno, con sus defectos y virtudes, condiciona la vida de los protagonistas, los lleva a tomar decisiones que tiene mucho que ver con la propia condición a la que los ha relegado o situado ese entorno.

No sólo el ascenso nos atrae, sino también el descenso, la caída. Forma parte de lo que llamaríamos «el arte de volar».

Las cosas tienen más sentido con su contrario, de ahí que Ícaro encarne en sí mismo una posible explicación de la naturaleza humana (los mitos tienen esta cualidad).

Volar siempre nos ha atraído sobre todas las cosas, la posibilidad de despegar nuestros pies del suelo y levitar para contemplar el mundo desde las alturas. Incluso uno de los sueños más recurrentes de la infancia es volar desplazándonos con nuestros brazos, como si estuviéramos nadando, por no hablar de esa caída en sueños que nos estampa contra la tierra y nos devuelve como escupidos de los brazos de Morfeo. Para esto hay incluso una explicación (dicen que es un lejano recuerdo que llevamos en el ADN de un ancestro mono que no se agarró bien a una rama y que se vio atraído por la gravedad).

En cualquier caso, volar era un reto, y algo nos hacía sospechar que no era imposible. De ahí que un Ibn Firnas o un Da Vinci hicieran sus intentos.

Dentro de la utopía, el acto de volar supondría un peldaño más en las escaleras de los mundos imaginarios. Pero sólo se podría atisbar esta posibilidad con el avance científico y la demostración de que esto era plausible.

La ciudad flotante de Märibor supone un híbrido de dos sueños anhelados por el hombre: la creación de una ciudad ideal y el de volar.

Lo interesante es ver el repunte de estas inquietudes a finales del siglo XVIII, ya sea de la mano de arquitectos visionarios como Francis Etienne-Louis Boullée o Claude Nicolás Ledoux, o de los aeronautas Jacques Charles o André Jacques Garnerin.

Cenotafio a Newton de Etienne-Louis Boullée

Y la fantasía no era ajena a estos delirios futuristas, de ahí que el Barón de Münchhausen se atreviera a elevarse por sobre los cielos con su barco en busca de un mundo parecido al del reino de Brobdingnag que describiera Gulliver, llegando hasta la Luna.

Märibor, pues, es la unión de todas estas fantasías, recreación de un mundo posible partiendo de una arquitectura visionaria, de un lugar que podría ser la Utopía de Moro o la Ciudad del Sol de Campanella, y, por qué no, un diseño más de la Archigram inglesa o las Archizoom y Superstudio italianas, configurando una utopía desde los cielos, como si el hombre hubiera dado ya un salto en su evolución (no en vano, la ciudad flotante de Märibor se fundó cuando los científicos de toda Europa fueron perseguidos por la Inquisición y obligados a vivir en destierro definitivo).

Esto sería el llamado continente de este mundo utópico, y partiendo de esta premisa (una ciudad construida mediante la unión de barcos huidos durante la purga de la Inquisición, con sus cascos llenos de galerías, bodegas, cuadernas, cubiertas, alcázares y mástiles) se configura su población y las distintas obligaciones de sus habitantes. De este modo veremos a calafates, baones, bitácoras, amuras, balumas, grimpolas y sitones repartidos en esta ciudad, cada uno con su función social.

Si bien, cuando Märibor nace, es tan sólo la unión de unos barcos que se desplazan sin rumbo por los mares, con el tiempo y la tecnología empieza a alejarse del mar y se convierte en algo más (de hecho, en el cómic no se nos muestra en ningún momento a la ciudad flotante surcando los mares, pero sí ingenios volantes y palos mayores con sus cofas entre las nubes).

En el «Proyecto Amura» vemos cómo la inserción de noticias del periódico Märibor (Diario Independiente Matinal) nos va explicando el funcionamiento de la ciudad, sus costumbres y sus conflictos, mediante distintas secciones dentro del periódico: Economía, Locales, Educación, Ecología, Tecnología y Defensa.

Amura no sólo nos habla de una ciudad utópica, sino que nos sumerge en la hipocresía de lo políticamente correcto, enseñándonos una sociedad que ha renunciado al horror de la guerra a favor de una variante supuestamente más ética de la guerra; y aquí interviene la Ley del Tablero, donde los contendientes dirimen sus diferencias en una isla llamada Desolación. Se podría decir que es una forma «civilizada» de matarse sin que la guerra parezca todo lo terrible que es. Incluso hay momentos en que los dirigentes enfrentados dan la impresión de que están jugando una partida de rol, moviendo fichas en un tablero mientras departen como estrategas de café sobre los siguientes enfrentamientos casi virtuales que se llevan a cabo sobre los mapas desplegados. Es algo así como el Risk, pero los muertos son tan reales como en cualquier guerra.

En este escenario, Amura Sitón (una oficial aristócrata) y Flavio Patacabra (un fauno mercenario) intentarán poner fin a esa Ley del Tablero.

Lo que en un principio comienza siendo una utopía (lo es en la configuración de la ciudad flotante), irá degenerando en una distopía que muestra los perfiles cínicos de sus personajes (es el choque de la realidad humana frente a los buenos propósitos de toda fantasía ideal).

Amura se viene considerando el primer cómic español steampunk (en donde la tecnología del pasado se utiliza para construir mundos futuros, mostrándonos así un escenario que hipnotiza por lo que tiene de retro y anacrónico).

EDT (Editores de Tebeos) nos la ha rescatado en su Colección Integral en un precioso homenaje al primer trabajo de Sergio García. El gusto que nos deja es agridulce, por cuanto el mundo imaginado de Märibor sigue en proceso de construcción, detenido en el tiempo o bien navegando por los mares de la fantasía de García. Y nos quedamos algo huérfanos o solos tras su lectura porque, una vez que te adentras en su mundo, quieres volver y seguir conociendo ese extraño universo, quieres formar parte la aventura inacabada de Amura.

Amura

Amura

  • Amura
  • Sergio García
  • ISBN 978-84-9947-480-9
  • Editores de Tebeos
  • Barcelona, 2012
  • 216 pgs
Teórico, guionista de cómic y novelista. Sus ensayos sobre cómic y narración gráfica son comercializados por Editorial Marmotilla. Como autor de ficción, se ha especializado en literatura fantástica y de ciencia ficción; sus relatos pueden encontrarse en Orciny Press y Salto de Página. Es autor de la novela Blitzkrieg!, que tiene como protagonistas a Nikola Tesla y Albert Speer. Tantoesta novela como su libro teórico "Jack Kirby. Una odisea psicodélica" son fruto de su investigación sobre sustancias enteógenas. También es autor literario y guionista de "Los Ángeles de María", una novela gráfica sobre el primer grupo católico de superheroes de la historia. Trabaja como profesor del departamento de Filología Inglesa de la Universidad de Valladolid.

▶Narraciones gráficas. Del códice medieval al cómic.
▶La secuencia gráfica. El cómic y la evolución de su lenguaje.
▶Jack Kirby. Una odisea psicodélica.
Ediciones Marmotilla (Libros sobre cómic): https://lamarmotilla.com/publicaciones-dos/

▶Blitzkrieg!
Editorial Cerbero (Novela)
https://www.editorialcerbero.com/producto/blitzkrieg/

▶Teenage Thunder (Cómic)
https://www.grantlibreria.com/libro/los-angeles-de-maria-y-el-rescate-del-brazo-incorrupto-de-santa-teresa_6381

▶Los Ángeles de María (y el rescate del brazo incorrupto de Santa Teresa) dibujo: Julián Almazán
https://fatbottombooks.com/es/books/comic/los-angeles-de-maria-el-rescate-del-brazo-incorrupto-de-santa-teresa

▶Combustible Lovecraft
Orciny Press (Relato en antología colectiva)
https://www.orcinypress.com/producto/combustible-lovecraft/

▶Prospectivas
Salto de Página (Relato en antología colectiva)
https://malpasoycia.es/libreria/prospectivas/
Roberto Bartual
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Teórico, guionista de cómic y novelista. Sus ensayos sobre cómic y narración gráfica son comercializados por Editorial Marmotilla. Como autor de ficción, se ha especializado en literatura fantástica y de ciencia ficción; sus relatos pueden encontrarse en Orciny Press y Salto de Página. Es autor de la novela Blitzkrieg!, que tiene como protagonistas a Nikola Tesla y Albert Speer. Tanto esta novela como su libro teórico "Jack Kirby. Una odisea psicodélica" son fruto de su investigación sobre sustancias enteógenas. También es autor literario y guionista de "Los Ángeles de María", una novela gráfica sobre el primer grupo católico de superheroes de la historia. Trabaja como profesor del departamento de Filología Inglesa de la Universidad de Valladolid.

▶Narraciones gráficas. Del códice medieval al cómic.
▶La secuencia gráfica. El cómic y la evolución de su lenguaje.
▶Jack Kirby. Una odisea psicodélica.
Ediciones Marmotilla (Libros sobre cómic): https://lamarmotilla.com/publicaciones-dos/

▶Blitzkrieg!
Editorial Cerbero (Novela)
https://www.editorialcerbero.com/producto/blitzkrieg/

▶Teenage Thunder (Cómic)
https://www.grantlibreria.com/libro/los-angeles-de-maria-y-el-rescate-del-brazo-incorrupto-de-santa-teresa_6381

▶Los Ángeles de María (y el rescate del brazo incorrupto de Santa Teresa) dibujo: Julián Almazán
https://fatbottombooks.com/es/books/comic/los-angeles-de-maria-el-rescate-del-brazo-incorrupto-de-santa-teresa

▶Combustible Lovecraft
Orciny Press (Relato en antología colectiva)
https://www.orcinypress.com/producto/combustible-lovecraft/

▶Prospectivas
Salto de Página (Relato en antología colectiva)
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